miércoles, 9 de abril de 2008

Papá, en qué trabajas?

Por Pablo O.
En la película de Disney “The Kid – Mi Encuentro conmigo”, Bruce Willis interpreta a Russ Duritz, un prestigioso consultor en comunicación de imagen, solitario y misógino, que se encuentra con sí mismo, pero cuando tenía 10 años (Rusty) y debe explicarse a si mismo–entre otras cosas- en qué trabaja. Este es el diálogo con su versión infantil:

Rusty Duritz (Spencer Breslin) : Qué es lo que hago?
Russ Duritz ((Bruce Willis):Tú eres un consultor de imagen
Rusty: ¿Qué es eso?
Russ: Ehhhh...Esss....(silencio)
Rusty: ¿Qué es lo que hace un consultor?
Russ: Da Consulta
Rusty: Pero qué es lo que hago?
Russ: Tú no haces nada. Tú le dices a otra gente que es lo que tiene que hacer. Eso es lo divertido. Tú mandoneas a toda la gente....como esto:.....Cállate la boca!


Traigo este diálogo porque me divierte mucho

Me hace acordar mucho cuando mi hija de 6 años me pregunta en qué trabajo. Y me veo en las mismas dificultades que Willis para explicarle qué hacemos los consultores en comunicación corporativa y relaciones públicas.

Si bien tras la explicación ella queda con las mismas dudas que al principio y semanas después vuelve a la carga con la misma interrogante – obvio, tiene 6 años- el asunto sería una anécdota graciosa si no sucediera lo mismo a nivel de empresarios, gerentes y muchos otros quienes son –en la teoría- receptores de nuestra actividad.

A mediados de 1995 y de la mano del legendario precursor de las PR en la región, el maestro argentino Alberto Salem, comenzamos con nuestra pretensión de instalar el concepto de la comunicación corporativa en Uruguay.

Si bien las cosas de PR eran una verdad aceptada y no se discutía en el resto del mundo, los empresarios vernáculos nos miraban con asombro e incredulidad.

Yo ya hago publicidad y gasto XXXX pesos....”, me disparaba ufano uno de los líderes empresariales del momento.

Entonces, cada presentación se transformaba en una muy larga clase de comunicación, desde el básico del emisor y el receptor, hasta los conceptos de comunicación comercial y la no comercial, para arribar a lo que hacíamos nosotros..esto es....Comunicación y Relaciones Públicas.

Ah! es lo de las fiestas, lo que hace Etchegaray en Punta del Este”, remataban impunemente.

Todo esto viene a colación de una interesante discusión que se generó en una de las últimas ediciones de la Revista Imagen, respecto a qué nombre debería tener nuestra profesión y cómo hacer entender fielmente lo que hacemos.

Varios e importantes colegas de la vecina orilla coinciden – y coincido- en que el término de Relaciones Públicas viene bastante bastardeado por gente que se aplica al relacionamiento social en fiestas y lugares nocturnos. Y así se suman en una larga lista notorios “socialities” como el recientemente encarcelado Gaby Alvarez, que ostentaba su título del rey de las RRPP en Punta del Este.

Siempre habrá médicos y abogados truchos y por lo tanto consultores de PR truchos”, sostiene un colega en la nota, diciendo que la Comunicación y las Relaciones Públicas en todo el mundo (yo agrego: salvo en Uruguay, obvio) es una importante carrera universitaria con título de grado, como el Derecho y la Medicina y se está expuesto a quienes usurpan títulos y funciones.

Y es cierto. Comunicación Corporativa y Relaciones Públicas son carreras de grado, por lo menos hace más de 15 años en países como Brasil, Chile, Argentina, USA, México, etc. a modo de ejemplo.

Aquí no. Apenas cursos técnicos y alguna especialización menor, muchas veces dictadas por gente que poco tiene que ver con la profesión en sí, o que por lo menos que aplique directamente en el negocio a nivel local y con algún éxito o experiencia

Entonces ahí está parte de la génesis del problema a nivel local. No forma parte de las currículas universitarias y ahí viene la confusión y la ignorancia.

Apenas las escuelas de negocios y las carreras de Marketing o de Comunicación Publicitaria mencionan el tema, pero sin mucho calor, no sea cosa que los empresarios se den cuenta que existimos y ellos pierdan cuentas o de vender servicios “adicionales” de PR a los de publicidad.

Rescato al recientemente desaparecido Daniel Bosch, vaca sagrada de la publicidad, que en algunas reuniones de trasnoche en McCann a las que nos citaba - como era su costumbre- nos decía que la publicidad y la "comunicación periodística" - como el la definía- eran complementarias y necesarias en estos tiempos. Y era un convencido de eso. Sabio, el "Bosch".

Coincido con los colegas argentinos que el problema no reside en qué nombre poner; o si le dejamos el bastardeado Relaciones Públicas, le ponemos otro, lo llamamos Relaciones corporativas o lo que fuera.

El problema es que todos los consultores de PR sabemos que tenemos un déficit importante a la hora de explicar lo que hacemos, y además contamos con un auditorio bastante pobre e ignorante en el conocimiento de lo que son las distintas herramientas comunicacionales que se pueden poner al servicio de la empresa.

El manido “yo ya hago comunicación porque hago publicidad” sigue hoy tan vigente como en 1995. El error reiterado.

Quienes como en Pensum fuimos, en cierto modo, precursores del tema en Uruguay, tuvimos la suerte que el negocio prosperó de la mano de las empresas multinacionales, que ya venían con el concepto de la Comunicación Corporativa y las Relaciones Públicas incorporado y lo ponían bien lejos de un simple asunto de hacer eventos y amenizar fiestas.

También sabían que una simple "agencia de prensa" no alcanzaba para cubrir la necesidad que tiene hoy el management de contar con consultores en comunicación a su lado. Hoy las PR están integradas al management de cualquier empresa seria y juegan un rol muy activo.

En resumen, en Pensum siempre nos gustó mucho decir que hacemos Comunicación Estratégica, porque siempre supimos que no sólo éramos una agencia “prensera” ni de eventos, sino que podíamos sostener y articular la comunicación corporativa como algo integral y con profundidad.

Nos reconocemos 100% funcionales a los objetivos empresariales y a sus planes de marketing o negocios.

Pero en realidad, hoy ya tenemos menos prurito en decir que hacemos Relaciones Públicas.

Porque de última esa es la esencia de nuestro trabajo. Relacionamos a las empresas y su management con todos sus públicos objetivos: tomadores de decisión, formadores de opinión, clientes (potenciales, ex o actuales), inversores, medios de comunicación, opinión pública en general y también al público interno de las propias empresas.

Igual también hacemos alguna fiestita. Si no hay más remedio. Pero nos resistimos a vestirnos de blanco, con disfraces o turbantes o mostrar nuestros modelitos.

La comunicación es, al final del día, cosa seria para las empresas y también lo es para nosotros en Pensum.


Pablo O.

3 comentarios:

Jen dijo...

Pablo, un teléfono de contacto de Pensum? Tienen una web? Todo lo que pude encontrar fue este blog!

Pensum Consultores dijo...

Jennifer muchas gracias por el contacto. Si quieres comunicarte con nosotros puedes llamar al 711 77 17

saludos

Pablo

Anónimo dijo...

El problema no es el rótulo, sino la percepción sobre la actividad. Algunos clientes todavía hablan de "prenseros". Son los que buscan "free press", terminología marketinera que los lleva a pensar que para lograr cobertura solo hay que distribuir un PR (triste acrónimo de "press release" utilizado por varias multinacionales).